Castellers en las fiestas de La Mercè.

El pasado fin de semana, y tras muchos años de ausencia, disfruté de nuevo de les festes de la Mercè, patrona de Barcelona. Junto con la calçotada, la verbena de Sant Joan, la castanyada y fin de año, era una de las citas lúdicas y festivas ineludibles en la que nos juntábamos el grupo de amigos de toda la vida, inclusive los de la diáspora, como es mi caso.

Con la excusa de que el hijo de unos buenos y entrañables amigos pertenece a la colla castellera del Poble Sec, el 24 al mediodía nos dirigimos hacia la plaza de Sant Jaume donde, frente al ayuntamiento, se cargaban y descargaban los castells.

Seguro que muchos habréis oído hablar de los castellers, esas  genuinas cuadrillas (collas) de Cataluña que levantan torres humanas (castells). Esta tradición, nacida hace unos doscientos años en las comarcas del Penedès (muy buen vino, por cierto) y el Camp de Tarragona, ha visto crecer su afición, y no sólo han proliferado grupos en Cataluña, sino que también se levantan  castells en las islas Baleares, en la Comunidad Valenciana y el sur de Francia (Catalunya Nord). Incluso, los emigrantes catalanes trasatlánticos han creado colles allende los mares, como en Buenos Aires (Argentina) y en Querétaro (México).

Los castellers necesitan un ingente número de personas para sostener y levantar la torre, por lo que esta tradición, genuinamente catalana, se ha convertido en un ejemplo a seguir de integración; muchos de los participantes son emigrantes castellanoparlantes llegados a Cataluña en los años 50 y 60 y, en los últimos tiempos, hay aportes de emigrantes africanos, latinoamericanos y de los Países del Este.

Los triunfadores del encuentro de la Mercè 2010 fueron los castellers de Sants, mi barrio, que descargaron un tres de nou amb folre. Voy a intentar explicarlo aunque, ni mucho menos, soy un experto en la materia; es más, he tenido que documentarme para refrescar conceptos y terminología castellera. He dicho descargaron (descarregar), pues para que el castell tenga su máximo mérito no sólo debe ser montado (carregar) sin incidentes, sino que debe ser desmontado sin que se desmorone o haya caídas.

El tres de nou amb folre  trata de levantar una torre de nueve pisos, cada uno de los cuales está compuesto por la unión de tres personas, salvo los últimos; el folre es una segunda piña de personas que arropan y sustentan el segundo piso.

La pinya sujeta el castell a nivel del suelo, y para este tipo de montaje se necesitan unas 250 personas; una segunda pinya, en el segundo piso, es el folre, y está compuesto por unos 40 elementos. Cuando l’enxaneta, un niño, se monta sobre l’aixecador (8º piso) y levanta el brazo (fer l’aleta), se dice que el castell està carregat (cargado).

Descarregar un castell sin novedad tiene la máxima consideración, por lo que es motivo de júbilo para los integrantes de la colla que muestran su alegría con gritos, consignas y cánticos en medio de los enfervorecidos aplausos de los asistentes.

Els castellers de Barcelona.

L'enxaneta fa l'aleta: castell carregat.

Los castellers de Sants inician un tres de nou amb folre.

Los castellers de Sants expresan su júbilo tras descargar un tres de nou amb folre.

Els castellers del Poble Sec.

Héctor Linuesa, el nostre nen, muestra su júbilo. Castellers del Poble Sec.

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